miércoles, 4 de febrero de 2009

Tom Cruise en "Valkiria"

“HEMOS DE MOSTRAR AL MUNDO QUE NO TODOS ÉRAMOS COMO HITLER

(Aquí tenemos al bueno de Cruise dispuesto a redimir a Alemania, aunque en realidad todo el film es un producto de autoredención. Tom le ha visto las orejas al lobo -los estudios de Hollywood ya no confían ciegamente en él- y, reconvertido en productor independiente, se ha fabricado este traje de nazi bueno que le permite lucirse aún a costa de saltarse sin rubor todo el rigor histórico. Y es que este Stauffenberg angelical, familiar y con una visión poética de la posteridad que ni Barack Obama, parece ser que no era tan buenazo y que con su atentado contra Hitler pretendía asegurarse el futuro y no finiquitar una ideología o, como se dice en el film, "salvar a Europa". Pero, claro, si quieres jugar a los nazis y no pringarte, conviene hacer ya desde el guión este tipo de ingeniería históricofalaz. Es la forma de disfrutar de los soldaditos y los estandartes gigantes -admitámoslo, la estética hitleriana sigue fascinando y siempre es un morboso reclamo en la taquilla- sin tener luego remordimientos de conciencia. Y, en este aspecto, Valkiria es un producto ejemplar: ¿que mejor para no liarse que evitar meterse en jardín alguno? El film orilla cualquier reflexión de calado (todo se reduce a unas cuantas frases como la que encabeza este texto) y se centra en montar una intriga con sus buenos y sus malos.
Teniendo esto claro, Valkiria es un film bastante defendible: su claridad en los objetivos y su rigurosa ejecución narrativa por parte de Bryan Singer dan como resultado un producto impecable y recorrido esporádicamente por una inquietante, fatalista y poética frialdad. Si a ello le sumamos un elenco bien atemperado (¡si hasta Cruise está bien!), obtendremos dos horas de intensa experiencia cinematográfica que, con mucho estilo y regusto hitchcockiano, consigue mantener la tensión de una intriga de la cual ya conocemos el final.)

2 comentarios:

Josep dijo...

No quería leer tu comentario porque estoy manufacturando el mío, pero ya se sabe que la curiosidad mató al gato....

Creo que has sido benévolo en exceso, francamente. Claro que sobre gustos, ya se sabe...

Saludos.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con Josep. La peli promete mucho más de lo que da. Deberemos llamarte "Doctor Beningno"...