El problema (o no) de madurar es que la cosa ya no tiene vuelta atrás. Y el mejor ejemplo de lo dicho es el nuevo corto de Almodóvar, un intento bastante fallido, aunque simpático, de volver a la época de la bata de guatiné.
Ni el deslenguado monólogo de Carmen Machi tiene la mala baba irreverente de Patty Diphusa, ni las superficiales acotaciones político-sociológicas espantarán a nadie. Como bromita, pues vale, pero el corto no pasa de ser el caprichillo de una noche que, de manera impostada, intenta recuperar al Pedro descarado.
Y para eso ya tenemos, con mejores y más creíbles resultados, sus primeros films. Actualmente, sin embargo, el cineasta posee mejores, muchas mejores armas artísticas que éstas para defender su visión del sexo, la libertad y la feminidad.
Eso sí, ahí tienen a Diego Galán babeando, que hoy por hoy ya no hay quien le tosa a Peeedro. Vean, vean aquí abajo:
lunes, 16 de febrero de 2009
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