lunes, 26 de enero de 2009

Kate Winslet en "Revolutionary Road"

“¿EXISTE ALGUNA MANERA DE QUE DEJES DE HABLAR?

(Lo mismo, lo mismo nos preguntamos nosotros ante Revolutionary Road, un drama conyugal en el cual se habla más que en Escenas de matrimonio. Con la diferencia de que la serie televisiva es chusca y pertardera, mientras que la nueva película de Sam Mendes es profunda y dramática. O por lo menos eso se creen sus responsables, que confían tanto en la fuerza de las palabras que se olvidan de complementarlas con algo de intensidad visual, con algo de vibración emocional que transite por las imágenes y los gestos, y no tanto por las líneas de diálogo. Y es que Revolutionary Road está llena de frases célebres, de reflexiones verbalizadas sobre el vacío existencial, pero ese vacío no se ve ni se siente nunca, seguramente porque tanta palabrería no deja espacio para nada más. Unas veces quiere ser ¿Quién teme a Virginia Woolf?, y otras le guiña el ojo a Las horas, pero ni por asomo se acerca a la acerada mirada de la primera ni a la profunda feminidad de la segunda. No obstante, como la cosa va de un matrimonio que explota y, a la vez, se trata de echar una -inofensiva, todo sea dicho- mirada al american way of life, la cinta se llena de esa solemnidad perfecta para dejar que la pareja actoral luzca conocimientos. Los de Kate Winslet son bastante más destacables que los de Leo DiCaprio, pero incluso asumiendo la corrección y eventual potencia de sus trabajos, se les ve del todo incapaces de hacer carne un guión pensado para ser leído más que para ser interpretado. Aunque tampoco piensen que las ideas que atesora son innovadoras o cuanto menos valientes: esto es un catálogo de lugares comunes sobre la infelicidad en pareja y la castración social de la mujer en los años 50. Eso sí, para que todo luzca un poco más adulto, hay un polvo en la cocina, que siempre da empaque intelectual a la cosa, y una persecución por el bosque, espacio matafórico que el mismo diálogo, por cierto, se encarga de enfatizar. De este modo todo queda bien clarito: que esto es cine profundo, oiga, nada de entretenimiento palomitero. Y estoy de acuerdo: Revolutionary Road no es cine palomitero, pero es cine descaradamente oscarizable, que no sé qué es peor).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

yo al vi ayer y la verdad me gustó, quizá porque estoy demasiado acostumbrada a que me den mierditas con gran bombardeo!

...y ésta peca de bombardeo y quizá de verborrea pero salí contenta, satisfecha con lo que había hecho Kate (un pelín menos con Leonardo, que no lo hace mal pero me produce por lo general un poco de grima....)

me gustó, sobre todo la música y los desenfoques y un poco el clima general, no sé! también el hijo de la casera...

no soy una experta en cine ni mucho menos, por eso me gusta leer y escuchar a los demás para ver en qué coincido!

un saludo

Allau dijo...

Muchísimo más de acuerdo con la "lectora circunstancial" que con usted. "Revolutionary road" me produjo estremecimientos sin límite y las primeras lágrimas en lo que va de año. Casi tan sensual como "Los abrazos rotos" y con Kate en estado de beatitud.