“MI CIUDAD. ELLA ES MI MADRE. ELLA ES MI AMANTE Y YO SOY SU ESPÍRITU”
(¡Uf, menuda frasecita! La película del dibujante Frank Miller prácticamente empieza con estas palabras y uno se prepara para una nueva dosis de héroes oscuros y atormentados vagando por las sombras de la gran ciudad. De ahí la decepción, porque lo que sigue no sabes si es la reivindicación del tono naif de los cómics pioneros o, seguramente sin pretenderlo, su parodia más pasada de vueltas. A Miller se le ha ido toda la energía en los colorines y los planos raros y se ha olvidado de llenarlos con historias, sentimientos y personajes que hagan creíbles tantas frases grandilocuentes sobre el Bien, el Mal, el Amor, la Fidelidad, el Deber o el Sacrificio. The Spirit solo puede disfrutarse -y de vez en cuando- como extravagancia carísima que no nace del deseo de dar vida fílmica al inmortal personaje de Will Eisner. Nace en realidad de las ganas de cachondeo que se detectan entre el director y un puñado de actores ansiosos por dejar la contención a un lado y vestirse de nazi, morisca seductora, geisha asesina o femme fatale. Y vale, por momentos la coña tiene gracia, pero duele que sea a costa de sacrificar al personaje central, un Spirit sin espíritu aunque, eso sí, corbata roja muy chachi. ¡Qué lástima! porque se intuye en Miller algo más que un pintarrajeador de fotogramas: ese beso final tiene toda la intensidad que le falta al resto de la película, a la ciudad donde transcurre y, especialmente, al tipejo caracartón que dice ser su espíritu).
lunes, 5 de enero de 2009
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1 comentario:
Pues muchas gracias por la advertencia implícita ¿que digo? ¡explícita! y me apartaré de latentación de gastar en balde unos euros: quizá los dedique a comprar el tebeo original de Eisner, perdido en la memoria como lo tengo...
Saludos.
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