“GRACIAS POR ESCUCHARME”
(Es lo mínimo que se podía esperar: que te agradezcan la paciencia que supone ser el hombro sobre el que lloran sus soledades todos los personajes de My Blueberry Nights. Porque en la nueva película de Wong Kar-wai se habla mucho y se verbalizan todos esos sentimientos que en sus dos anteriores y más famosas películas quedaban prioritariamente suspendidos en el halo de lo poético y lo sugerido. Seguramente por ello, esta película no gusta a sus seguidores, que pueden seguir babeando con su esteticismo extremo, pero que no tienen materia para darle al coco e ir de cinéfilos intelectuales buscando lecturas metafísicas a los colorines y las cámaras lentas. Los que siempre nos hemos quedado un poco fríos ante la apariencia de anuncio televisivo de Deseando amar y los que sentimos cierta aversión hacia la pedantería insufrible y onanista de 2046, seguramente disfrutaremos más de My Blueberry Nights. Aquí hay personajes que sufren sin que te entren ganas de abofetearlos por blanditos, y aunque da la sensación de que se trata de tres cortos pegados y no siempre al servicio del tronco central de la historia, la emoción de ciertos pasajes y personajes se concreta en diálogos que ya no son el simple colchón para planos bonitos. Así que, aunque aún balbucee un poco al hablar, damos desde aquí las gracias a Wong Kar-wai por atreverse a bajar del limbo de los estetas y decirnos cosas que finalmente se pueden escuchar. Y, encima, tener la modestia de agradecérnoslo a través de Jude Law).
miércoles, 17 de diciembre de 2008
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